La logística inversa se ocupa de gestionar el retorno de las mercancías en la cadena de suministro de las empresas, de la forma más efectiva, rentable y respetuosa con el medio ambiente. Además de encargarse de la recuperación y reciclaje de envases, embalajes y residuos peligrosos, también se encarga de los procesos de retorno de las devoluciones de sus clientes.

 

Las causas de las devoluciones de los clientes son variadas, destacando entre ellas: los productos defectuosos u obsoletos, los excesos de inventario producidos por una inadecuada producción o por una falta de ventas y los productos enviados para su reparación con o sin garantía.

Las operaciones que incluye la logística inversa son diversas:

  • gestión de material sobrante de inventario
  • devolución de compras a proveedores
  • recuperación de embalajes y envases
  • gestión de residuos
  • gestión de retornos

Para la implantación de un sistema de logística inversa es recomendable:

  1. Empezar su diseño teniendo como prioridad el aviso del cliente, definiendo previamente la política de devoluciones aceptables: plazos, estado de la mercancía, documentación necesaria para realizarla, etc.
  2. La existencia de una clara definición de responsables y una medida de  eficiencia/rentabilidad  de sus trabajos y resultados
  3. Hacer una rápida evaluación de las posibilidades de aprovechamiento con el fin de reducir costes a la empresa.
  4. Ser consciente de la existencia de una legislación ambiental a la que adaptarse (en la gestión de residuos y reciclaje), antes de acumular materiales de difícil gestión medioambiental.