La logística inversa se ocupa de gestionar el retorno de las mercancías en la cadena de suministro de las empresas, de la forma más efectiva, rentable y respetuosa con el medio ambiente. Además de encargarse de la recuperación y reciclaje de envases, embalajes y residuos peligrosos, también se encarga de los procesos de retorno de las devoluciones de sus clientes.
Las causas de las devoluciones de los clientes son variadas, destacando entre ellas: los productos defectuosos u obsoletos, los excesos de inventario producidos por una inadecuada producción o por una falta de ventas y los productos enviados para su reparación con o sin garantía.
Las operaciones que incluye la logística inversa son diversas:
- gestión de material sobrante de inventario
- devolución de compras a proveedores
- recuperación de embalajes y envases
- gestión de residuos
- gestión de retornos
Para la implantación de un sistema de logística inversa es recomendable:
- Empezar su diseño teniendo como prioridad el aviso del cliente, definiendo previamente la política de devoluciones aceptables: plazos, estado de la mercancía, documentación necesaria para realizarla, etc.
- La existencia de una clara definición de responsables y una medida de eficiencia/rentabilidad de sus trabajos y resultados
- Hacer una rápida evaluación de las posibilidades de aprovechamiento con el fin de reducir costes a la empresa.
- Ser consciente de la existencia de una legislación ambiental a la que adaptarse (en la gestión de residuos y reciclaje), antes de acumular materiales de difícil gestión medioambiental.